El modelo

Jesucristo es, sin lugar a dudas, el personaje más importante de la historia, un líder sin igual, quien inspira nuestro movimiento. Gran parte de su vida transcurrió en un lugar remoto e insignificante: el Mar de Galilea al norte de Israel.
Su oficio fue el de carpintero, y su fama se difundió por mostrar afecto y entregarse incondicionalmente a marginales y pecadores. Alcanzó notoriedad por cerca de tres años debido a las señales milagrosas que ejecutaba y la compasión que demostraba hacia todos. Sus discípulos, eran personas modestas y apasionadas del sentido eterno que transmitía su vida.
Recibió la oposición de las élites políticas y religiosas de su nación, por divulgar un mensaje en contra de la espiritualidad falsa, superficial y mercantilista, fuente de ganancia para algunos y causa de exclusión para otros.
Fue traicionado por un compañero de equipo, Judas Iscariote, al parecer el más educado de todos y a quién le había confiado las finanzas de su misión.   

Sin embargo, poco después sus seguidores salieron por todas partes diciendo haberle visto resucitado, y dispuestos a llevar su causa hasta el fin del mundo.
Nunca escribió un libro, pero su mensaje pasó a la historia dividiendo el tiempo en dos, e influyendo en los más grandes intelectuales de la humanidad. Como ellos, te desafiamos e invitamos a considerar los siguientes hechos axiomáticos, como respuesta a los problemas de nuestra sociedad:
De nada sirve cambiar las estructuras en tanto la naturaleza humana permanezca igual. Más educación no ha generado precisamente hombres honestos. El poder adquisitivo no ha cultivado necesariamente hombres justos. Los sistemas políticos no han producido objetivamente funcionarios congruentes.
La más alta virtud que cualquier persona puede aspirar es ser un hombre o mujer sin prejuicios.
Es urgente un cambio espiritual individual que resultará en un cambio espiritual con alcances colectivos. Cada quien necesita atender esta área de su vida, tanto como las otras.
Por lo tanto, te invitamos a considerar que Jesús de Nazaret es autor de una nueva forma de vida, y el único que ha producido nuevos hombres y mujeres con una nueva historia.